29 de abril de 2011

...

El pulso se acelera, casi puedo oir mis propios latidos, noto como me sube la sangre a la cabeza y un leve rubor se hace delectable en mis mejillas. Mi cerebro desconecta. Lo siguiente que siento el tu cuerpo contra el mio, abrazándome. Me acurruco entre tus brazos y meto la cabeza en tu pecho como si fuera una escondite. Me separo de ti. Golpeo tus pectorales con mis puños con poca fuerza.

- Eres IDIOTA. Te odio. Te fuiste sin avisar.

Rompo a llorar. Indefensa. Protegiendome únicamente los ojos con mis manos.

-Eh, tranquila. Pero he vuelto. - Me quitas las manos de la cara, atrapas una lágrima cerca del lagrimal. Me besas la frente. - Lo siento. Tuve que irme a suplir un puesto en otro centro. Fue todo de un día para otro. Mi jefe no me dio tiempo, me fui ese mismo dia. Lo siento muchisimo.

Agacho la cabeza y apoyo la frente en tu cuerpo. Suspiro, aliviada de poder volver tocarte.

-Te sigo odiando y sigues siendo idiota.

- Jaja. Pero, ¿sabes una cosa? No hay día en que no haya pensado en tí. Esperaba verte atravesar esas puertas cada vez que las miraba. Esperaba tu saludo indiferente, una mirada de refilón o cualquier cosa de tuya. Pero no estabas. Deseaba volver aquí y ahora.

-Oh, cállate, pareces más idiota todavía diciendo esas cosas.

No hay comentarios: