6 de agosto de 2011

that's me

No soy ni simpática, ni agradable. Soy divertida a mi manera, que pocos saben apreciar. No soy guapa, ni estoy buena, más bien del montón. No tengo ninguna habilidad especial ni soy muy buena en algo concreto. Me gusta el punk y el rock aun que mi ropa diga lo contrario. Mis mejores amigos suelen ser chicos, y digo tantas vulgaridades como ellos. Tengo más defectos que virtudes.

¿Y QUÉ?


Porque al fin y al cabo, detrás de todos efectos pequeños defectillos que me caracterizan, detrás de esta coraza de chica fuerte y que se la suda todo me escondo yo, mi otra mitad, mi lado sensible, alegre, e incluso cariñoso. La pena esque solo unos cuantos me han visto por completo cómo soy. Y a eso se llama conocer a una persona, saber cómo es la otra mitad, la que no enseña a todo el mundo y que la comparte contigo, por eso hay que sentirse afortunado de verlo, aunque algunas cosas no te gusten. Hay que preguntarse ¿compensan las virtudes a los defectos? ¿qué pesa más? ¿merece la pena gasta un tiempo de mi vida en conocer a alguien y arriesgarme a que no me guste en el fondo? ¿es de verdad así? ¿y que pensará de mi después de darme a conocer por entero? ¿le gustará mi otra mitad?

Tantas preguntas y ninguna respuesta. Pero para averiguarlo, la clave está en dejar que todo fluya, que el tiempo se encargue del resto y ser tú.


1 comentario:

Kristalle dijo...

Cada persona és como es :)

un beeeso jeje:D