23 de mayo de 2012

Another night beggins.

Otra noche empieza. El día sucumbe a los encantos de la oscuridad, la Luna y su leve y brillante reflejo en el mar. Nos esperan unas largas horas a solas, sin ti, sin mí, sin ropa, sin prisa, sin vergüenza. Lo que haya transcurrido a lo largo de la mañana y de la tarde carece de importancia. Ahora es nuestro momento. El momento de perderme en ti, de tocarte, de besarte, de echarle imaginación. Lo importante está entre mis manos, en frente de mí, y así, con todo lo contrario a la delicadeza, te disfruto como si no fuese a salir el sol nunca más.


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