11 de agosto de 2013

Él y Ella Special Vol.

Él que es como el sexo por la mañana.

Ella que es como el sexo por la noche.

Al fin y al cabo SEXO.





Desmintamos que en el sexo solo [sobra la ropa].

Que la calma en la cama estorba. Y el respeto por debajo de la falda es tan molesto como que no te muerda el labio después de un beso que te deja los labios empapados. Los de abajo.

Sobra la vergüenza, la timidez y los complejos. Que si hay que elegir, no hay sitio más idóneo para perder todo eso que delante de tu pareja, desnuda y con un condón en la mano pidiendo guerra.

Y qué irónico que pidamos guerra cuando queremos hacer el amor.

Irónico y lógico. Porque no hay amor sin guerra, ni guerra sin sexo reconciliador. ¿Os imagináis a los aliados follándose a los de la potencia del eje para hacer la paces después de la Segunda Guerra Mundial? Qué fácil hubiera sido todo. Vamos a comprobar si eso funciona desatando la Tercera Guerra Mundial en la cocina y que termine en el dormitorio, sin dejar ninguna parte de la casa sin arrasar a nuestro paso.

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