24 de abril de 2011

take it easy

Hace buen día para navegar. Pensó mientras paseaba por la playa de aquel bonito faro que tantas noches había divisado en la lejanía y que tantas veces había querido visitar. ´Le hubiese gustado poder sacar el velero pero necesitaba dos tripulantes más para gobernarlo y prefería la soledad. Su larga y ondulada melena castaña ondeaba en al aire. Se calzó los Doc Martens y se dirigió hacia la puerta de madera ya estropeada por el paso de los años del cilíndrico edificio. Bastó con un leve empujón para desencajarla y se abrió. Subió por aquella escalera de caracol cuyos escalones eran salientes de la pared blanca desconchada. Llegó a lo más alto que aquellos pintorescos peldaños le permitieron, a una sala con una cúpula transparente que permitía que aquel enormérrimo foco pudiese guiar a los navegantes que surcasen aquel mar. Deslizó una cristalera y salió al balcón, con unas barandillas bastantes endebles. Qué frío hace aquí arriba. Pero no le importó. La vista desde allí era tan hermosa que merecía la pena exponerse a aquella brisa marina capaz de cuartear la piel de cualquiera. Volvió a la playa. Se volvió a descalzar y a describir círculos en la orilla con los dedos de sus pies. Es un buen sitio para pensar, para aclar las ideas, para despejarse de alguna tontería pasajera, o incluso para permanecer allí sin hacer nada, simplemente sentarse en la arena y escuchar lo que las olas le susurraban.

2 comentarios:

Eme dijo...

Es maravilloso... tanto lo que describes como tu manera de expresarlo (:

Ana Garez dijo...

muchas gracias :)