20 de junio de 2011

money means... power



No se puede vivir de la felicidad, ni del amor. Por muy duro que parezca el dinero es, y siempre lo ha sido, lo más importante. Él nos domina, hace que vistamos con ropa de mejor o peor calidad, que tengamos un cacamóvil o un elegantísimo Mercedes SLK, que nuestro móvil solo sirva para llamar o que sea un iPhone de última generación, que nuestra tarjeta de crédito esté tan rayada de comprar sin parar o que solo conozca el bolsillo trasero de tu pantalón. Si lo miramos así pensamos que da igual qué ropa llevemos, qué coche conduzcamos o qué móvil usemos, pero por desgracia vivimos en una sociedad tan materialista que sí importa todo eso. Porque reconozcámoslo, miramos mal si una chica viste pordioseramente, si no tiene coche y su móvil es un ladrillo de esos con antena y todo. Triste, pero cierto. Poseemos un instinto básico de alcanzar la cima, de tener éxito en nuestra carrera profesional que se reduce a la cantidad de dinero que queremos. De hecho, dicha cantidad de dinero es proporcional al poder que tenemos en nuestro ámbito laboral.

Tras todas estas meditaciones, ese instinto se despierta dentro de mi cual fiera salvaje hambrienta de poder y, en cierto modo, es una motivación para seguir estudiando la carrera hasta el final.

Pero la verdad es que no os hacéis ni la menor idea de cómo me gustaría poder vivir del aire aunque sea por tan sólo un día, y dejar de ser una presa en cautiverio de la ambición, el poder y el dinero.

No hay comentarios: