6 de septiembre de 2012

Sigo teniendo cosas que decir.

Tengo muchísimo que decir. Cientos de entradas guardadas en borradores, en un estado de espera eterna a ser publicadas. Palabras directas desde mi alma alojadas en mi garganta, atragantadas, que al final algunas volverán de donde vinieron y otras, simplemente, las vomitaré sin pensar en las consecuencias. Si no hablo, no es porque no tenga nada que decir, es porque aún sigo teniendo algo de cordura enredada entre tanta locura y me dice que no es coherente que lo suelte todo. Por lo menos por ahora. Cuando llegue el momento explotaré.


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