8 de septiembre de 2012

Un trago amargo.

E s p e r a r .

Esperar siempre es desagradable. Esperar es el cáncer de las uñas que nos amputamos nosotros mismos a base de mordiscos por el nerviosismo. Esperar es dejar que el tiempo nos desgarre las venas a cada segundo que transcurre por ellas. Esperar es calcinar el papel de fumar a caladas largas y disiparnos con el humo. Esperar es el último trago de una copa, ya aguado, caliente y un tanto desagradable para el paladar.

El que dice que es fácil dejar que pase el tiempo mientras se espera algo, es porque nunca ha deseado de verdad lo que espera.



Vamos a recubrirnos con las nubes que sobraron de la última tormenta y a hacernos una tiara con la Luna que no le hace falta a nadie más.

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