Él es poesía. Ella es prosa. ¿Cómo no serlo cuando se juntan? ¿Cómo dejar de serlo si se aman?
Ambos son pintores, de los de carboncillo y papel de esbozo; de los de lenguas y tripas; de los de crear sombras con el difuminador; de los de perfilar ombligos con los dedos.
La música es arte. Los escritos son arte. Los dibujos son arte. El amor es arte. El sexo es arte.
Júntalo todo.
ARTE.
Así, en mayúsculas y a gritos. Del que se desprende por los poros y se respira en el ambiente.
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