16 de septiembre de 2012

Stronger than Hércules.

Un día, hace 6 o 7 meses cogí la guitarra y empecé a cantar algo así:

No sé si por desgracia o por suerte
de mi inspiración eres la fuente
Escribo para sacarte de mi mente
y cuanto más escribo, más te tengo presente

Círculo vicioso, pescadilla que la cola se muerde.
Nuestro primer beso fue mi condena a muerte
No puedo tenerte
y aunque lo sé muy bien, no importa
prefiero saborearte, sentirte y después perderte.


Hay que ver lo que una aprende con el tiempo. Aprender a contener los sentimientos. Guardarlos en una canción y que se queden ahí para siempre. Aprender a saber diferenciar entre el cariño con sexo del "creer que puedes llegar a enamorarte de esa persona". Aprender a disfrutar de las cosas por separado. Hay tanto que aprender sobre las relaciones personales en este sentido, hasta tal punto que me abruma. Y lo peor de todo es que estas cosas se aprenden a base de golpes. Golpes psicológicos y sentimentales. De los que más duelen. Pero que a la larga los agradeces por hacerte así de fuerte.

1 comentario:

Asfare dijo...

Derrocha viscelaridad esta entrada. Mola, se nota que el ser humano tiene parte de despecho.

Un lugar donde se escribe para describir, narrar, soñar y opinar.

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