27 de enero de 2013

Pecados en tu epidermis.

Me muevo por su cuerpo a base de surcos. Arrastrando mi labio inferior, poniendo celoso al superior por recorrer cada centímetro de tu cuerpo. Todo empieza en el mejor de todos: su sonrisa. Tan pícara, tan sucia, tan pervertida. Incita a más, a seguir descubriendo más surcos. Y me deslizo por el que forman los músculos de su cuello, por su nuez, por su clavícula... Dejando algún que otro beso por el camino. Y seguir por aquel que lleva hasta el ombligo. Pero aquí me asaltan las dudas: ¿porqué lado de la V que forman sus oblicuos bajo? ¿Izquierda o derecha?





Tú escribes en verso y yo en prosa. Bonita forma de alimentar nuestras almas con los que (nos) hacemos.

No hay comentarios: