11 de marzo de 2014

Estereotipos y otras mierdas chungas.

Hay que ver lo cuadriculados que somos,
y lo poco que nos gustan las curvas en las mujeres.
Que ya no se valoran una buenas caderas
para hacer derrapes con la lengua.

No hay que ser rubia ni pelirroja,
con el juego que dan la morenas.
Ni tener los ojos verdes o azules te hace ser más guapa.
Que los ojos negros son más profundos según como se miren (o te miren).

Pero, joder, que bonitas las sonrisas sinceras
y los abrazos cálidos en invierno.
¿Qué coño me importa a mí
si quien me lo da es bizco o tuerto
o tenga un mechón azul en el pelo?

Que no os dais cuenta que el 'qué buena estás' ya no es un piropo,
y que un 'me gusta tu nariz' vale mucho más.

Pienso,
¡qué triste, joder!
si las ojeras me llegan hasta el pecho de pensar en toda esta mierda,
y que cuanta más gente superficial conozco,
más fría me vuelvo con todos.
Congelada.

Qué chungo eso de que te quiera una fea
y te tires a una guapa una noche.
Quizás llegue el día en que os deis cuenta de que,
a la que más le importáis os dará más placer,
y que la poetas borrachas follamos mejor
que cualquier facilona que sólo busque alcohol
gratis, a cambio de un sobeteo en la pista de baile.

Y qué quieres que te diga
si me pone más cachonda una conversación inteligente
a que me toquen el culo.
Cuando 'joder' se volvió una palabra bonita
si salen de los labios correctos.

Congélate conmigo, chico.
Que aquí se presume de tener fotos con pivones,
y no conversaciones,
que el mundo se va al garete sin amor al alma,
y no hay alma que sobreviva a esta situación,
que las matamos nosotros con nuestra indiferencia
hacia una manos que no nos dan la razón.




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