24 de octubre de 2016

No me, no me. Que te, que te.

Me echaste una mirada de esas que alteran cada terminación nerviosa.
Como quien echa uno de los mejores polvos de su vida.
Que te deja temblando las rodillas con la respiración entrecortada.
Que te dilata las pupilas como la mejor droga del lugar.
Que te cuesta volver a respirar pausadamente.
Que no puedes borrar la sonrisa de tu cara para lo que quede de día.


Y yo aquí, que sigo hablando de tu mirada.




O no.

No hay comentarios: